Diccionario:
Vicario (a): Que tiene las veces, poder y facultades de otro o lo substituye.
Pontífice: m: Prelado
supremo de la Iglesia Católica
EL
ESPIRITU SANTO EN PEDRO, DECLARA QUE JESUS
ES:
EL
MESIAS EL HIJO DEL DIOS VIVIENTE
Mateo
16, 13-17 SEGUNDA DECLARACION DE PEDRO
Juan 6,69
Nosotros ya hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo
de Dios.
|
Jesús se fue a la región de Cesarea
de Filipo.
Estando allí, preguntó a sus discípulos:
«Según el parecer
de la gente,
¿quién es este Hijo del Hombre?» Respondieron:
«Unos
dicen que eres Juan el Bautista, otros
Marcos 8, 29
Tú eres el Mesías
Lucas 9, 20
Eres el Mesías de Dios
Lucas 1, 35
Respondiendo el
ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te
cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será
llamado Hijo de Dios.
|
que eres Elías o Jeremías, o alguno de los
profetas.»
Jesús les preguntó:
«Y ustedes,
¿quién dicen que soy yo?»
Pedro contestó:
«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo.»
Jesús le replicó:
«Feliz eres, Simón
Barjona, porque esto no
te lo ha revelado la carne ni la sangre,
sino mi Padre que está
en los Cielos.
DECLARACION
DE JESUS A PEDRO QUE LO DEJA COMO SU SUCESOR /VICARIO) EN LA TIERRA
Mateo 16; 17- 18
Entonces Jesús le dijo
n
Dichoso tú Simón, hijo de Jonás,
porque ningún hombre
te ha mostrado esto,
sino mi Padre que está
en el cielo. Y
ahora yo
te digo: Tú eres Pedro
(o
sea Piedra), y sobre
esta piedra edificaré
mi Iglesia; y ni siquiera
el poder de la muerte
podrá vencerla.
CONTRADICTORIO;
PEDRO SU VICARIO LO NIEGA TRES VECES
Mientras
tanto, Pedro estaba sentado afuera, en el patio. Una sirvienta se acercó y le
dijo:
«Tú también estabas con Jesús, el Galileo».
«Tú también estabas con Jesús, el Galileo».
Pero él lo negó delante de todos,
diciendo:
«No sé de qué estás hablando.»
Y como Pedro
se dirigiera hacia la salida, lo vio otra sirvienta,
que dijo a los presentes:
«Este hombre andaba con Jesús de Nazaret.»
«Este hombre andaba con Jesús de Nazaret.»
Pedro lo negó por segunda vez,
jurando:
«Yo no conozco a ese hombre.»
Un poco después
se acercaron los que estaban allí y dijeron a
Pedro:
«Sin duda que eres uno de los galileos:
«Sin duda que eres uno de los galileos:
se
nota por tu modo de hablar.»
Entonces Pedro empezó a proferir
maldiciones
y a afirmar con juramento que no conocía a aquel hombre.
Y en aquel
mismo momento cantó un gallo. Entonces Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: «Antes de que cante el gallo me negarás tres veces». Y saliendo
fuera, lloró amargamente.
Marcos 14, 66-72
Mientras
Pedro estaba abajo, en el patio, pasó una de las sirvientas del Sumo Sacerdote.
Al verlo
cerca del fuego, lo miró fijamente y le dijo:
«Tú también andabas con Jesús de Nazaret.»
«Tú también andabas con Jesús de Nazaret.»
El lo negó:
«No lo conozco, ni entiendo de qué
hablas.»
Y salió al
portal. Pero lo vio la sirvienta y otra vez dijo a los
presentes:
«Este es uno de ellos.»
«Este es uno de ellos.»
Y Pedro lo volvió a negar.
Después de un
rato, los que estaban allí dijeron de nuevo a
Pedro:
«Es evidente que eres uno de ellos, pues eres galileo.»
«Es evidente que eres uno de ellos, pues eres galileo.»
Entonces se
puso a maldecir y a jurar:
«Yo no conozco a ese hombre de quien
ustedes hablan.»
En ese
momento se escuchó el segundo canto del gallo.Pedro recordó lo que Jesús le había
dicho:
«Antes de que
el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres», y se puso a llorar.
Lucas 22, 54-60
Arrestaron a
Jesús y lo llevaron a la casa del
sumo
sacerdote. Pedro lo seguía de lejos.
Allí, en
medio del patio, habían hecho fuego
y sentaron
alrededor; y Pedro se sentó entre ellos.
En esto, una
sirvienta, al verlo sentado junto al
fuego, se
quedó mirándolo y dijo:
n También éste estaba con él.
Pero
Pedro lo negó diciendo:
n Mujer, yo no lo conozco.
Poco después,
otro lo vio y dijo:
n Tú también eres de ellos.
Pedro
contesto:
n No hombre, no lo soy.
Como una hora
después, otro insistio:
n Seguro que éste estaba con él.
Ademas es de
Galilea
Pedro dijo:
n Hombrem no sé de qué hablas.
En ese mismo
momento, mientras Pedro aún
estaa
hablanco, cantó un gallo.
PEDRO NIEGA A JESUS,
PERO NO LO ABANDONA, PERMANECE CERCA DE EL.
PRIMERA NEGACION
Juan 18, 15-18
Simón Pedro y otro discípulo seguian a Jesús.
El otro discípulo era conocido del sumo sacerdote, de modo que entró con Jesús en la casa;
pero Pedro se quedó afueram a la puerta. Por esto, el discípulo conocido del sumo
sacerdote
salio y habló con la portera, e hizo entrar
a Pedro. La portera le preguntó a Pedro:
¿No eres tú uno de los discípulos de ese hombre?
Pedro contestó:
No, no lo soy.
Como hacía frío, los
criados y los guardianes del templo habían hecho fuego, y estaban allí
calentándose.
Pedro tambíen estaba con ellos, calentandose junto al fuego.
PEDRO NIEGA OTRAS DOS VECES A JESUS
Juan 18, 25- 27
Entre tanto, Pedro
segúia allí, calentandose junto al fuego. Le preguntaron:
¿No
eres tú uno de los discípulos de ese hombre?
Pedro lo negó,
diciendo:
No, no
lo soy.
Luego le preguntó uno
de los criados del sumo sacerdote, pariente
del hombre a quien Pedro le
había cortado la
oreja:
¿No
te vi con él en el huerto?
Pedro lo negó otra vez, y en ese mismo instante canto el
gallo.
CONFIRMACION 3
VECES LA LABOR PONTIFICIA DE PEDRO COMO
SUCESOR Y PASTOR DE SU IGLESIA
Juan 21, 15-17
Después de comer,
Jesús dijo a Simón Pedro:
«Simón, hijo de Juan,
¿me amas más que estos?».
El le respondió: «Sí, Señor, tú
sabes que te quiero».
Jesús le dijo: «Apacienta
mis corderos».
Le volvió a decir por
segunda vez:
«Simón, hijo de
Juan, ¿me amas?».
El le respondió: «Sí, Señor,
saber que te quiero».
Jesús le dijo: «Apacienta
mis ovejas».
Le preguntó por
tercera vez:
«Simón, hijo de Juan,
¿me quieres?»
Pedro se entristeció de que por tercera vez
le preguntara si lo quería, y le dijo:
«Señor, tú lo sabes todo; sabes que te
quiero».
Jesús
le dijo: «Apacienta mis ovejas.
LOS PODERES QUE DELEGA
JESUS A SU VICARIO, QUE ES PEDRO
El Sacramento del Perdón.
En camino hacia Cesarea
de Filipo En casa de Simón-Pedro, en Capernaum
(el lugar en: Marcos 8, 27) (el lugar en: Marcos 9,33)
Mateo 16, 19
Mateo 18, 18
Yo te daré las llaves
del Reino de los Cielos: Yo les digo: «Todo lo que aten en la tierra,
lo que ates en la
tierra quedará atado en el lo mantendrá atado el
Cielo, y todo lo que
Cielo, y lo que desates en la tierra quedará desaten en la tierra, lo mantendrá
desatado en el Cielo.»
desatado el Cielo.
EN
JERUSALEN JESUS SE APARECE A SUS APOSTOLES Y CONFIRMA
LA
IGLESIA COMO INSTITUCION Y EL SACRAMENTO DEL PERDON
(el
lugar de la aparición de Jesús leer : Lucas 24, 33)
(Diccionario:
INSTITUCION: f: Establecimiento o fundación de una cosa. Casa establecida o
fundada.
Juan 20 19-23
Al atardecer de ese
mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar
donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y
poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Mientras
decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de
alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo:
«¡La paz esté con
ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes»
Al decirles esto, sopló
sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo. Los
pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos
a los que ustedes se los retengan».
|
“ PIEDRA “
“ Esta piedra que he
puesto de pie como un pilar será Casa de Dios “
Gen 28, 18-22 (Jacob
reclina su cabeza en una piedra)
Jacob dejó Bersebá y se
dirigió hacia Jarán.
Al llegar a un cierto
lugar, se dispuso a pasar allí la noche pues el sol se había ya puesto. Escogió
una de las piedras del lugar, la usó de cabecera, y se acostó en ese lugar. Mientras dormía, tuvo un
sueño. Vio una escalera que estaba apoyada en la tierra, y que tocaba el cielo
con la otra punta, y por ella subían y bajaban ángeles de Dios. Yavé estaba allí a su
lado, de pie, y le dijo: «Yo soy Yavé, el Dios de tu padre Abraham y de Isaac.
Te daré a ti y a tus descendientes la tierra en que descansas. Tus descendientes serán
tan numerosos como el polvo de la tierra y te extenderás por oriente y occidente,
por el norte y por el sur. A través de ti y de tus descendientes serán
bendecidas todas las naciones de la tierra. Yo estoy contigo; te protegeré a
dondequiera que vayas y te haré volver a esta tierra, pues no te abandonaré
hasta que no haya cumplido todo lo que te he dicho.» Se despertó Jacob de su
sueño y dijo: «Verdaderamente Yavé estaba en este lugar y yo no me di cuenta.»Sintió
miedo y dijo: «¡Cuán digno de todo respeto es este lugar! ¡Es nada menos que la
Casa de Dios! ¡Esta es la puerta del Cielo!» Se levantó Jacob muy temprano, tomó
la piedra que había usado de cabecera, la puso de pie y derramó aceite sobre
ella. Y a ese lugar lo llamó
Betel, pues anteriormente aquella ciudad era llamada Luz. Entonces Jacob hizo una
promesa: «Si Dios me acompaña y me protege durante este viaje que estoy
haciendo, si me da pan para comer y ropa para vestirme,y si logro volver sano y
salvo a la casa de mi padre, Yavé será mi Dios.
Esta piedra que he puesto
de pie como un pilar será Casa de Dios y, de todo lo que me des, yo te
devolveré la décima parte.»
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